Crónicas Venezolanas VIII (y final)

DÍA 15 (lunes):

Ahí está el Santa Rita esperándonos. Nos llevamos también a un grupo de snorkels (holandeses, los insufribles y marranos italianos, y el asturianu empatado con la venezolana).

Desde primera hora estamos de prácticas: ascensos, descensos, cambios de regulador, situaciones de emergencia… Esto es divertido, pero yo quiero ver a mis peces.
Comemos (e Ismael, que ha pescado un tiburón pequeño, me deja cogerlo para que note cómo su piel es áspera y antideslizante).
Toca la prueba de la máscara y el fin pivot (que supero como una campeona y ante el asombro de Guillermo y D., porque en la piscina fui un fracaso), y mejor aún, la prueba del "aaaaaaaaaaaaa" y el descenso a 18 m (que fueron 19.3 m).

Aquel fue un momento adrenalina total, pero no el soltar el regulador y subir diciendo "aaaaaaaaaaaa" desde el fondo… sino cuando me dejaron sola abajo, arrodillada en el fondo arenoso, en mitad del azul… ni un pez a la vista, y en mi cabeza repiqueteando los compases de "Tiburón"… me pasé un rato girando sobre mí misma, imaginando el morro de un gigantesco jaquetón brotando del azul y escuchando el bum-bum acelerado de mi corazón, para luego sentir lo mismo que en el Hacha… aspiré hondo, escuchando el aire saliendo de la bombona directa a mis pulmones, y después esa sensación de estar totalmente sola, en paz, envuelta en una placidez turquesa. Cuando Guillermo y D. bajaron, me encontraron haciendo prácticas de buceo boca arriba y dando volteretas, jajajajajajajajajaja…



Guillermo nos hizo subir a unos 15 m y nos enseñó a buscar ostras y abrirlas para atraer a todos los peces de la comarca. Dos peces loro me rozaron la cara… qué miedo… pueden arrancarte un dedo de un mordisco. Después de recoger los bártulos, pedí un snorkel y aún estuve a remojo otro rato largo, con los peces mordisqueándome la tripa, como en Thailandia.

He llegado reventada, apenas he cenado y voy a caer como un chicharrito. No voy ni a terminar el capítulo del libro.

DÍA 16 (martes):

Por la mañana nos vamos de compras. Mañana es el último día y hoy hay que hacer las maletas. La desgana es total, ahora que hemos descubierto el buceo, no nos queremos ir.


Por la tarde terminamos la teoría, hacemos el examen y Guillermo nos aprueba como Open Waters.
Dice que no ha visto dos alumnos con tal predisposición al buceo y que si seguro que no lo habíamos hecho antes. Ojalá... Y ahora que he estado en los techos de África, y en otras cumbres del mundo, sé que exploraré también sus fondos. Qué duro es hacer la maleta. Por una parte siempre es grato volver a casa, pero por otra… son las únicas vacaciones del año y Venezuela está siendo un país tan inesperado y maravilloso y quedan tantos lugares por recorrer… el Pico Bolívar, el Roraima y Cerro Autana, los Llanos… más días de buceo en los Roques o los Frailes…

No sé si no tendremos problemas en la aduana para pasar las pirañas y sobre todo las botellas de ron… todo a presión en mi maleta. Y la cerbatana que compramos a los pemones es como un bastón… no cabe en ninguna parte. Las figuritas, los regalos, las postales… y un montón de horas de regreso…

DÍA 17 (miércoles):

Odio este día. Ahora que ya estoy en casa y lo recuerdo con detenimiento… es como si estos odiosos días de vuelta duraran más que los de vacaciones.

Nos fuimos a dar el último paseo al Sambil, por si olvidamos comprar algo. Comimos y estuvimos haciendo tiempo hasta la hora de ir al aeropuerto. ¡Sorpresa! Nuestro vuelo a Caracas no nos da el margen de 3 horas que requiere el aeropuerto de Maiquetía para los trayectos internacionales.

Afortunadamente nos cambian el vuelo por uno anterior y llegamos por los pelos dentro de la facturación para Madrid. Igual que en la ida, ahora a la vuelta, un grupo de unas 20 personas se quedan fuera del avión y tendrán que volar mañana. A todo el pasaje nos registran y escanean antes de subir al avión. Pero nadie nos dice nada de la cerbatana, salvo que viaja en la cabina de la tripulación (?).

El vuelo se me hace más corto de lo esperado porque consigo dormir. Es en Madrid cuando las horas de espera se hacen interminables hasta enlazar con el vuelo a Bilbao. Llegamos agotados y sin la cerbatana, que no ha pasado el control policial antes del embarque, tenemos que facturarla y, oh, sorpresa, no viene en nuestro avión… se queda a dormir en Madrid. Me huele que habrá una reclamación a Spanair…

17 de agosto de 2005.

5 comentarios:

Norma dijo...

Mírala, si la Infer también tiene blog, lo que descubre una navegando, jurrrssss

;-P

Soy la Medusádica, por cierto

Señora del Averno dijo...

Ya sé que eres tú, jajajajajajaja. Es que estos días de vacaciones estoy haciendo estas chuminadas del blog, jejejejejejeje.

A ver si me paso por el tuyo, ahora mismo ;)

__m__ dijo...

pero pero pero pero.....y la cervatana finalmente?? donde esta??? viajaba en la cabina? porque? por si te pones histerico la tripulacion sean los primeros que mates????


ju tita, yo quiero ir en tu maleta, ocupo poquito y soy como esas pegatinas que te ponen, me adhiero a un rincon y de ahi no me sacas para los restos....^^

para cuando nos vamos a Argentina???

a lot of muakis!!!

Barlow dijo...

Por eso no me gustan los blogs estos, no puedes saturar los mensajes con emoticonos gratuitos, mierda!!!!!!

Perdón por el improperio, pero me ha salido de mi negra alma, pues necesitaba un emoticono muy grande, con los ojos muy abiertos, para manifestar mi asombro y fascinación.

Desde luego, Infernia, has vivido experiencias de lo más interesantes. Aventuras de las que ya me gustaría a mí poder presumir.

Ya me gustaría a mí que el día que empiece a soltarme la melena con esto de recorrer el mundo, tú fueras mi guía turística. Y es que necesito ya abandonar esta vida burocrática que me absorbe desde hace ya tantos años, siempre haciendo las mismas puñeteras cosas. Necesito emociones nuevas como las que tú has vivido y sentir que estoy vivo, bueno, no vivo, lo que sea....

Debe ser maravilloso poder contemplar esos verdes paisajes, perderse en ellos, sentir a la vez el temor por la incertidumbre y la pasión por lo desconocido. Ver esas cascadas (no sabía lo del Último Mohicano, me apunto el dato); deleitarse saboreando esos manjares; deslumbrarse con esos escenarios nocturnos (lo de las luciérnagas me ha tocado la fibra tolkiendil); sumergirse en las profundidades de esas misteriosas y paradisiacas aguas.....

En fin, una delicia, desde luego puede decirse que eres una persona realmente sabia, pues sabes disfrutar de la vida y aprovecharla a cada instante atesorando experiencias. Mi felicitación, señorita Irene, es usted un ejemplo a seguir, y me produce gran regocijo haber tenido la ocasión de conocerla, aunque sea virtualmente. Se ha ganado todo mi respeto y admiración.

Pero que asco de emoticonos, joroña, ahora que me pongo en plan solemne.......

Agur.

Señora del Averno dijo...

Muchas gracias SeñorBarlow, pero ya te dije que el mundo está ahí esperándote.

Yo seguiré viajando hasta que pueda contarles las aventuras a los nietos de los demás, jejejejejeje.

Y para mí también es un privilegio conocer a personajes tan interesantes y peculiares como los que visitáis esta montaña.